“Queremos que cada uno en su casa pueda detectar el glifosato en lo que consume”

Glifotest, un proyecto de estudiantes
de la Facultad de Agronomía.
Lo llamaron el Glifotest y ganó el “Premio al trabajo en comunidad y la colaboración” en la competencia científica sobre biología sintética TECNOx. El proyecto se propone crear un dispositivo que detecte el glifosato en forma “casera” en productos como el algodón, tampones y toallas higiénicas. Está a cargo del departamento de Genética de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.

Por Luciana Aghazarian

Se trata de un proyecto que si bien se encuentra en fase cero, ya despertó polémica. Se llama Glifotest y tiene el objetivo de que cualquiera, en su casa, pueda detectar el glifosato, herbicida utilizado sobre todo en plantaciones de soja, famoso por sus denunciadas consecuencias para la salud y el medio ambiente.

Hace un año, de hecho, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró a cinco pesticidas como cancerígenos “posibles o “probables” dentro de los cuales se encuentra el glifosato.

La preocupación se extendió en nuestro país cuando investigadores de La Plata encontraron este herbicida en algodón, gasas, hisopos, toallitas y tampones.

En este contexto nace el proyecto impulsado por la cátedra de Genética de la Facultad de Agronomía de la UBA y liderado por el Biólogo Pablo Peralta Roa quien, junto al profesor Sergio Ghio, reclutó un grupo de alumnos para iniciar este trabajo como una práctica estudiantil que, finalmente, trascendió sus expectativas.

El proyecto fue presentado en TECNOx, competencia científica sobre biología sintética realizada en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, donde participaron distintas universidades de América Latina, y ganó el “Premio al trabajo en comunidad y colaboración”.

“Lo que tenemos es una materia modificada genéticamente a la que le incorporamos dos genes: uno participa de la ruta de degradación del glifosato y el otro actúa en serie generando un compuesto coloreado a partir de uno de los productos del glifosato. Entonces, la bacteria ante la presencia del glifosato se pone de color azul. Todo esto está en fase experimental, estamos viendo si las concentraciones sirven para detectar el glifosato y hay muchas cosas por testear. Si sale bien, la idea es ponerlo en una cinta de plástico y que actúe como (lo hace) un test de embarazo”, detalla Peralta Roa.

El profesor de la Cátedra de Genética que, actualmente, trabaja en este desarrollo junto a seis estudiantes de Ciencias Ambientales y de Agronomía, en agosto del año pasado puso sobre la mesa del laboratorio varios temas, pero por unanimidad ganó la idea del Glifotest sobre la que trabajaron todo el verano pasado.

“El glifosato es algo de lo que se habla corrientemente entre los estudiantes. Quizás hay muchos herbicidas que son peores que el glifosato, pero no quiere decir que no sea dañino y el debate ya se abrió en la sociedad. Cada vez se usan más cantidades para eliminar las malezas junto a la soja, lo cual ha ayudado a los empresarios del agro a tener mejores rendimientos pero los pueblos aledaños están muy preocupados”, asume.

A partir de la difusión del proyecto, se pusieron en contacto con la cátedra distintas universidades dispuestas a colaborar. Actualmente, la Universidad de la Plata puso a disposición sus equipos para la detección de glifosato, para poder chequear lo que logra el test en distintas concentraciones.

“Necesitamos que la bacteria solo detecte concentraciones que sean perjudiciales para la salud, ya que hay productos de algodón que tienen tan baja concentración que según la OMS no es perjudicial. Tiene que ser muy preciso y adecuado a la legislación actual”, asegura el Biólogo. Ahora el equipo estudia la cantidad de experimentos a llevar adelante y evalúa la posibilidad de agregar un gen más.

“A partir de la lectura del papers que informaban que se había encontrado glifosato en algodón, toallitas femeninas, hisopos, productos con los que uno está en contacto diariamente, pensamos en un servicio al consumidor: una tirita reactiva para comprobar si un producto tiene glifosato y a partir de ahí tomar la decisión de consumir o no”, explica Peralta Roa.

El grupo aspira a presentarse en TECNO-x México 2017 con el mismo proyecto mejorado. La meta es obtener un producto comercializable y buscar fuentes de financiamiento para producirlo a gran escala.

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