En marzo de este año, el Colectivo barrial “No a las torres en La Isla”, integrado por vecinos y vecinas de Agronomía y La Paternal, había instalado una huerta comunitaria en Av. Del Campo al 1000. A los pocos días el Gobierno de la Ciudad la desarmó. El sábado 31 de octubre, con el permiso de la Comuna 15, la reinstalaron para seguir visibilizando la importancia de mantener los espacios verdes y la soberanía alimentaria.
Por Mateo Lazcano
En los últimos años, se fueron sumando lugares en la Ciudad de Buenos Aires donde se instalaron huertas comunitarias con el fin de defender la soberanía alimentaria y la importancia del espacio público. Una de ellas, fue creada en marzo de este año sobre el boulevard de Av. Del Campo en su intersección con Garmendia. La iniciativa fue llevada a cabo por el colectivo barrial “No a las Torres en la Isla”.
A los pocos días, sin dar ninguna explicación, el Gobierno de la Ciudad la desmontó. Ahora, luego de la segunda ola de la pandemia y de cara al clima veraniego, sus impulsores van por la revancha. El sábado 31 de octubre se reunieron para reinstalar la “Huerta Comunitaria La Isla de la Paternal”, con el mismo ímpetu que antes.
Y el deseo de visibilizar aún más el reclamo contra la construcción de once torres de 16 pisos en el Parque Isla de la Paternal, pulmón verde con una superficie de 7,5 hectáreas, lindero al Parque Agronomía. “Habíamos logrado instalarlo con fuerza en el tiempo en que estuvimos con la huerta”, dice Florencia, una de las integrantes del colectivo barrial “No a las Torres”.
La inauguración en marzo de este año, contó con la asistencia de un integrante de la Junta Comunal 15, Leo Luchesse del Frente de Todos. La huerta contaba con la asesoría de la organización “El Renacer de la Laguna”, de la Facultad de Agronomía. En esas pocas jornadas plantaron verduras, aromáticas y hortalizas, y realizaron las tareas de regado y mantenimiento.
El 16 de marzo se encontraron con la huerta desmantelada. Los agentes del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana destruyeron las plantas recientemente sembradas, así como las cercas de madera y la estructura que delimitaba el pequeño espacio.
El colectivo vecinal decidió presionar a la Junta Comunal 15 para que intervenga y garantice la permanencia de la huerta. Después de varios meses de demora, finalmente el permiso llegó. Aprovechando el buen clima y la mejora en la situación sanitaria, el grupo vecinal decidió reinstalarla. “Continuamos en el camino de la soberanía alimentaria y el cuidado del ambiente”, destacaron.
“Una huerta urbana agroecológica no se trata solamente de la producción de alimentos, también tiene una función ambiental, de reconversión de residuos en insumos y es un disparador ambiental positivo de incremento de la biodiversidad en la ciudad”, explicaron en relación al proyecto, que se replica en decenas de lugares de la Ciudad de Buenos Aires gracias al impulso del Colectivo Reciclador.
Como expresamos al inicio de esta nota, este grupo vecinal aprovechó la creación de la huerta para vincularlo por la lucha en contra de la construcción de once torres en el Parque Isla de la Paternal. “Sabemos que el Gobierno de la Ciudad siempre quiere destrozar los espacios verdes. Necesitamos políticas públicas que avancen en la justicia ambiental y que recojan la lucha histórica de un movimiento amplio y comprometido con la agroecológica, el cuidado del ambiente y la educación ambiental”, precisaron.
Parque La Isla de la Paternal y once torres…
Como informó en varias notas este medio, en junio de 1997 el Gobierno de la Ciudad que encabezaba el radical Fernando De La Rúa, firmó dos convenios. Uno de ellos con los herederos de las tierras donde se hallaba el Albergue Warnes (en conflicto judicial con la antigua municipalidad de Buenos Aires) para formalizar los términos de la restitución del predio de 19 hectáreas. En este acuerdo se establecieron las compensaciones que incluyeron la rezonificación y la cesión a la Ciudad de 7,5 hectáreas para la creación de un parque.
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Estos convenios fueron autorizados por la Legislatura porteña que tambien aprobó la rezonificación de estas tierras. Se creó así la Urbanización U26 Barrio Parque, que dividió al predio en cuatro sectores: Urbanización Parque (7,5 hectáreas, que pasaron al dominio público); Área Residencial (2,2 hectáreas); Área Comercial (9,5 hectáreas) y Área Equipamiento Educativo (0,3 hectáreas). En el área residencial se autorizó la construcción de 11 edificios de 16 pisos (48,5 metros de altura).
El proyecto inmobiliario, en manos de la constructora SADIA, permaneció congelado durante dos décadas. Pero en 2018, La Legislatura sancionó otro proyecto, elaborado por Horacio Rodríguez Larreta, que permite además la construcción de geriátricos, oficinas comerciales y alojamientos turísticos, comercios minoristas, gimnasios, casas de fiesta, servicios públicos, establecimientos de sanidad, jardines maternales, y locales de esparcimiento (cines, teatro, etc). De esta manera se aumentó la capacidad constructiva total en casi un 20%.
La empresa SADIA anuncia actualmente en su sitio web el proyecto “Puertas de Agronomía”, que consta de once edificios de 16 pisos, con más de dos mil departamentos, además de alrededor de mil cocheras subterráneas.
Cuatro de las torres estarán ubicados paralelas a las vías del Ferrocarril Urquiza y la Av. de los Constituyentes, y las restantes sobre la calle Zabala, entre Chorroarín y de los Constituyentes.
El colectivo barrial rechaza la construcción de estas torres y destaca el hecho de que este pulmón verde es uno de los más grandes de la Ciudad, punto de encuentro de residentes de las Comunas 15, 12 y 11, así como de muchos visitantes de otras zonas.