“La gran diferencia es que nosotros no especulamos en el medio”

“Más Cerca es Más Justo”


En momentos que reina la inflación, el sistema provoca que en la cadena de producción los primeros eslabones reciban menos dinero y tengan muy poca voz, “Más Cerca es Más Justo” propone el camino opuesto. Cuáles son las características de esta organización, presente en nuestros barrios, que no para de crecer en el objetivo de acercar a productores y consumidores. En Villa Pueyrredón funcionan tres nodos distribuidores.

Por Mateo Lazcano

bujinkan illa pueyrredón

En estos tiempos, marcados por una altísima inflación y una gran disparidad en los precios de los productos, resulta difícil definir cuánto cuestan efectivamente las cosas. Pero mucho más grave aún en la Argentina es la enorme escala que la lógica industrial y comercial del sistema capitalista arma entre el dinero que recibe el productor del bien y el precio final que es abonado por la venta de ese producto al cliente.

Para hacer frente a esta doble situación, que beneficia a las empresas monopólicas y dañan a productores y consumidores, están creciendo modelos que acortan la cadena de producción. “Más Cerca es Más Justo” es el nombre del proyecto del Instituto para la Producción Popular, una asociación civil coordinada por el Ingeniero Enrique Martínez, ex titular del INTI. “Buscamos ser una alternativa de comercialización para democratizar la economía acercando consumidores a pequeños productores locales”, se definen.

El programa media entre las dos puntas de la comercialización, es decir el que produce el bien y el cliente que lo desea. El objetivo, indican, es “forjar una cadena muy corta: productor-consumidor, sin intermediarios, sin explotación para el que produce y sin abusos para el que compra”.

“Lo que nosotros hacemos es parecido a lo que hace un mercado. Traemos el producto, lo fraccionamos, y lo entregamos a los vecinos, es decir reducimos la cadena”, dice Daniel Cacciutto, integrante del grupo.

“Más cerca es más justo” trabaja con pequeños productores, trabajadores nucleados en cooperativas o empresas recuperadas a lo largo del país, como la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT). Éstos “encuentran un canal de llegada directo para vender su producto”. Los bienes ofrecidos son frutas y hortalizas en su mayoría, variando según la estación. Pero también hay carnes, quesos, panes, pizzetas, alimentos para celíacos y hasta productos de limpieza sin químicos, entre otros. El precio de cada uno de estos productos se publica en el sitio mascercaesmasjusto.org.ar

Con respecto a los productores, afirman, la organización tiene una de las mayores características que lo diferencian del modelo comercial. Aquí, el productor define el precio. Generalmente éste está muy explotado y está muy escondido en la cadena. Carece totalmente de capacidad de negociación y de poder definir el precio”, explica Cacciutto. “Con esta forma, puede seguir viviendo y produciendo en condiciones dignas”, agrega.

Para el consumidor, en tanto, el atractivo está en que en tiempos inflacionarios y de altas subas en verduras o carne, se puede acceder a productos de este tipo a un precio “igual o menor, pero nunca más caro” que en los supermercados.

Mediante una reserva digital, se prepara el pedido durante la semana que luego se retira y abona el sábado. Desde la organización destacan que se forma una comunidad. “El proyecto construye vínculos, además de alimentarnos saludablemente”, dicen.

Otra gran característica de “Más cerca es más justo” es que contiene también una idea de “mercado de barrio”, ya que tiene distintos puntos donde se realiza la entrega de pedidos. “Hay cerca de 80 nodos en la Ciudad y el Gran Buenos Aires. Los mismos pueden estar en centros culturales, clubes de barrio, locales de organizaciones políticas, casas de familia, dietéticas y bibliotecas”, explican. De estos nodos, hay uno en Villa Urquiza, dos en Parque Chas, tres en Villa Pueyrredón, uno en Agronomía y uno en Villa Devoto.

La gran comparación con el sistema industrial surge inmediatamente en este modelo de comercialización, e incluso es buscada por los hacedores de “Más cerca es más justo”.

“Grandes empresas concentradas definen los precios, determinan qué consumimos, haciéndonos creer que estamos eligiendo, industrializan los alimentos sin importar el impacto nutricional que puedan tener los procesos y lo químicos que utilizan, y aún peor que eso, van destruyendo lentamente la infinidad de pequeños productores que no encuentran manera de comercializar sus productos”, reza una de las descripciones con las que la organización se presenta.

Como miembro también de un instituto de economía popular, esta organización destaca su cruce con las grandes empresas, a las cuales “le entregamos nuestras necesidades básicas casi sin advertirlo, y sin poder tener influencia alguna como ciudadanos”.

“El proceso de concentración global se expresa aquí en toda su potencia”, describe uno de los lineamientos de este modelo de producción alternativo al industrial.

La cuestión de la salud y la calidad de los alimentos también están presentes en “Más cerca es más justo”. Ellos destacan que los productos no tienen agrotóxicos. Por el contrario, tienen a la venta un bolsón agroecológico, uno de los más elegidos, que reúne verduras producidas sin pesticidas. Incluso, la organización asegura que es falso que sea necesario aplicar químicos para producir en escala.

Cuando se les consulta cuál es el principal atributo de un modelo como “Más cerca es más justo”, Daniel Cacciutto no duda. “La gran diferencia es que nosotros no especulamos en el medio”, dice. “No tratamos de cobrarle lo más caro posible al vecino y lo más barato posible al productor. Nosotros hacemos una cadena de trabajo, donde se le paga dignamente a cada eslabón”, agrega el detalle sobre su forma de comercializar los productos.

La organización nació hace sólo tres años, y en este corto tiempo logró una gran explosión, fomentada por la inflación y el gran costo de estos productos en los supermercados o verdulerías. De 25 bolsones, pasaron a más de 400 por semana, a lo largo de toda la Ciudad y el conurbano.

“Institucionalizar el derecho de los productores pequeños, familiares o cooperativos a atender la demanda popular de alimentos de forma permanente y en proporción creciente es el gran objetivo de este tipo de organizaciones”.

Se refieren a “institucionalizar” y dotar de una gran estructura al tema, porque, dicen, ven a las ferias barriales o la venta callejera como “paliativos”, los cuales son “bienvenidos pero insuficientes” para atender el problema: hay varios eslabones de la cadena que son oligopólicos o monopólicos, quedando así entrampados en el sistema otros eslabones de producción que resultan subordinados a aquellos,

Con la misma lógica y las mismas armas, sin romper nada en la estructura del comercio que rige hace siglos, “Más cerca es más justo” propone un desafío aparentemente sencillo pero difícil de alcanzar: unir más al productor y al consumidor.

Cada sábado, cada mes y cada año logra hacerlo un poco más.


Nodos de distribución

Villa Pueyrredón: Unidad Básica Rodolfo Walsh (La Cámpora Villa Pueyrredón), Nazca 5481; Biblioteca Popular CHE, Av. Albarellos 2885 y Club Sportivo Devoto, Gabriela Mistral 3151.
Agronomía: Unidos y Organizados, Av. Salvador María del Carril 3039.
Villa Urquiza: La Cámpora “El legado de Néstor”, Mariano Acha 2513.
Villa Devoto: Mai Almacén Natural, Benito Juárez 3110.
Parque Chás: Espacio Galeano, Av. Gral. Benjamín Victorica 2743 y “De Raíces Parque Chas”, Quirós y Bucarelli.

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