La compañía teatral “El Museo Viajero”, dedicada a las comedias históricas, vive un presente de transformación, con nuevos desafíos. Luego de ser desalojados del Museo Saavedra, continúa con su labor en el Aula Magna de la Facultad de Veterinaria. “Las escuelas y todo el público nos acompañaron muchísimo”, destacó Fabián Uccello, director y productor.
Por Juan Manuel Castro
Nueva casa, nueva obra. El Museo Viajero, una compañía de teatro dedicada a la realización de comedias históricas con casi tres décadas de existencia, vive un presente luminoso. Luego de dejar, meses atrás, el Museo Histórico Cornelio de Saavedra, donde desde sus inicios había montado una sala teatral, continúa su labor en el Aula Magna de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires, en Agronomía.
Allí reciben la visita de escuelas e instituciones, una forma lúdica, alegre y amigable de entender la historia del pueblo argentino. Además, a fines de octubre estrenarán su nueva obra “Obligada estaba la vuelta”, sobre el emblemático enfrentamiento entre la Federación Argentina y los ejércitos de Francia e Inglaterra (1845), un hito de la soberanía nacional.
“Estamos muy bien. Las escuelas y todo el público nos acompañaron muchísimo”, dijo a este medio Fabián Uccello, director y productor de la compañía.
“Por suerte nos recibieron en Veterinaria. Abrimos un lugar hermoso. La gente de la facultad está contenta. Ellos lo ven como la entrada de un público no esperado, una movilización nueva en la facultad”, resalta.
Al hacer funciones en el Aula Magna se da “un intercambio muy lindo” cuando llegan los niños y niñas de las escuelas y “se cruzan con los estudiantes de la facultad… es un momento muy interesante”, agrega.
De este modo, el Museo Viajero tiene agendado presentar su obra “El tesoro argentino”, sobre las tradiciones rioplatenses, el 18 de septiembre en el Aula magna. Del mismo modo, el 25 de septiembre exhibirá “Un domingo en la escuela”, una “comedia histórica clownesca sobre la vida de Sarmiento”. Las funciones serán a las 9, 10.30 y 14.15 horas en Chorroarín 330.
Por otra parte, la compañía ofrece un servicio por el cual lleva sus obras a los establecimientos escolares. Las reservas se hacen al 11 3255 6397, 11 3255 6387 y 11 3255 6399.
La soberanía
El Museo Viajero se caracteriza por abordar temas de la historia argentina a través de la comedia, una forma de llegar a más públicos con hitos que hacen a la identidad nacional.
Ya han desarrollado piezas sobre la Revolución de Mayo, la vida de San Martín, la Independencia. En esta oportunidad profundizaron en el combate de Vuelta de Obligado, ocurrido en el 20 de noviembre de 1845, en aguas del río Paraná.
Si bien es un momento clave en los acontecimientos del siglo XIX, en el último tiempo tomó mayor notoriedad. Ejemplo de ello es que hace pocos años fue declarado Día de la Soberanía Nacional, lo cual implica que esa fecha sea feriado nacional.
“Es una época que nunca tocamos, la época de Juan Manuel de Rosas, la cual incluye un montón de personajes, como Lucio Norberto Mansilla, que normalmente no son vistos por las escuelas”, reconoce Uccello.
“Uno piensa en la Vuelta de Obligado como un combate, pero no fue un combate sino una guerra que tuvo varios combates”, explica y agrega: “Si bien se perdió en Obligado, quedó el sentimiento de haber hecho frente a potencias, como eran Francia e Inglaterra”.
“Vinieron al Paraná con armas que, a los ojos de los locales, eran como de otro siglo: barcos a vapor y unos cohetes que estrenaban con nosotros. En cambio, nosotros teníamos cañoncitos y gauchos a caballo que trataban de ir adelante. Por eso, Rosas y Mansilla plantearon hacer una lucha de desgaste”, analiza.
“Usualmente Obligado es la más famosa, pero hubo varias peleas a lo largo del recorrido del Paraná para llegar a Paraguay. En eso, les hundimos varios barcos, fue una resistencia”, indica.
Aparte de los soldados, el pueblo fue un actor clave, revela Uccello: “Además de los barcos de guerra, Inglaterra y Francia venía con barcos llenos de mercadería que querían vender sin pagar el peaje que exigía el gobierno de Rosas. La gente no les compró nada, eso fue de las cosas que más les dolieron a estas potencias, porque no se dieron sus planes, aparte de que venían con pretensiones por el pago de deudas de la época de Bernardino Rivadavia”.
“Parece un montón y muy complejo, pero en esta obra condensamos todos estos hechos políticos, sociales, económicos y diplomáticos en una obra, en una comedia pensada para niños y niñas”, se enorgullece el director.
Del museo a la facultad
“Lo que pasó es historia”, dice Uccello sobre el vínculo de El Museo Viajero y el Museo Histórico Cornelio de Saavedra, montado sobre la antigua chacra de la familia de Luis María Saavedra. Hoy depende del Ministerio de Cultura porteño.
Desde el comienzo de la compañía, su lugar fue el Museo Histórico, logrando una sinergia entre ambas instituciones. Al año, concurrían al museo entre 23.000 y 30.000 espectadores debido a las funciones del Museo Viajero, según el director.
En mayo de este año hubo distintas versiones sobre lo ocurrido. “Nos obligan a irnos”, había titulado un mail enviado por el Mueso Viajero a sus suscriptores, donde contaban sobre el desmantelamiento de la sala teatral que habían consolidado a lo largo de los años en una de las salas de la chacra-museo: 200 sillas, vestuarios de 30 obras, más de 100 luces y 5000 metros de cables, aparte de una maqueta de grandes dimensiones.
Por parte del Ministerio de Cultura porteño se dijo que hubo un acuerdo entre partes para dar lugar a reformas en el inmueble: “Se trata de mejorar todo el edifico para que pueda seguir operando de una forma mejor en ese espacio”.
Pese a lo amargo de la transición, hoy el Museo Viajero vive nuevas aventuras junto a miles de estudiantes de escuelas del área metropolitana que acuden a Veterinaria para disfrutar, entre risas y sorpresas, de lo mejor de la historia argentina en escena.
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