“Hacer un mural es mágico”

Entrevista a Elbio Diego Hernández |


Artista plástico, tatuador y muralista, Elbio Diego Hernández, oriundo de La Matanza, es el realizador de dos originales murales en el frente de casas de Villa Pueyrredón, ubicadas a pocas cuadras de la Plaza Martín Rodríguez. En diálogo con nuestro medio nos cuenta de sus inicios en la pintura en caballete y su acercamiento al muralismo a través del movimiento denominado “Street Art”.

Por Mailén Maradei

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Bosques surrealistas con colores saturados y llenos de vida conforman esta serie de trabajos que el artista realizó a unas cuadras de la Plaza Martín Rodríguez. Los murales fueron solicitados a pedido de los vecinos que querían cambiar la fachada de sus respectivos hogares.

“Un amigo en común me contactó con los dueños de la casa, le presenté un par de obras que tenía, le gustó una y le dimos vida al proyecto.

El segundo mural – ubicado a una cuadra de la Plaza Martin Rodríguez – surgió mientras estaba pintando el primero. Estuve trabajando una semana en el barrio, un día pasó una vecina y quiso hacer el mismo diseño”, cuenta Elbio. En ambos trabajos, utilizó el mismo dibujo con gama de colores diferentes, que van desde el rojo hasta el amarillo.

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Elbio Diego Hernández es tatuador profesional y artista plástico. Realizó talleres en la escuela de arte Leopoldo Marechal, ubicada en Isidro Casanova, pero sus comienzos en el arte se dieron antes.

“De chiquito, siempre pintaba o dibujaba. Mi viejo me miraba para ver los dibujos que hacía. Unos años después abandoné la pintura y el dibujo y volví a los veinte años cuando me anoté en un curso”, recuerda Elbio, y segura que muchos de los momentos felices de su vida están asociados con la pintura.

Para Elbio, hacer estas obras en Villa Pueyrredón significó su primer proyecto en solitario y le generaron nuevos intereses.

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“Hacer un mural es mágico porque crece día a día y no sabes cómo quedará hasta el final del trabajo. Me dieron ganas de hacer otros murales más. Me gustaría empaparme más en el muralismo por eso estuve viendo técnicas pero creo que vale todo para hacer estos trabajos; el grafitti, el pincel o el aerógrafo – técnica de pintura que permite hacer un dibujo esfumado-. Con cualquiera de estas herramientas, se puede hacer una cosa bestial”, afirma. También, señala que para hacer murales elige “el pincel porque le resulta más expresivo”.

Tras pasar por la escuela Leopoldo Marechal, Elbio quedó impresionado por artistas como Van Gogh, Goethe y Picasso y por eso se dedicó a la pintura en caballete donde trabajó diferentes temáticas que abarcan desde el surrealismo hasta el realismo.

“Mis obras abarcan diferentes temáticas como la naturaleza – por los bosques – y las sombras. Una gran influencia son mis sobrinos porque hice una serie de pinturas basadas en ellos. Después trabajé cuadros con una temática un poco dark sobre unos juguetes olvidados como un ensamble de muñecas de trapo y botones. Hoy, me interesa hacer imágenes más expresivas con colores que contrasten”.

Luego de varios años en el mundo del arte y del tatuaje, incursionó en el muralismo a través de colaboraciones con otros artistas urbanos. Allí, descubrió el street art.

“Me parece que el fenómeno del street art está buenísimo. En Europa lo vienen haciendo hace muchos años”, opina y agrega: “Siento que los murales brindan más interacción con la gente. El proceso de trabajo me parece fascinante porque todos los días estás dialogando con los vecinos de la zona y se genera una relación linda. Es una caricia al alma”, opina y cuenta que tras pintar estos murales, “la dueña de la casa estaba muy feliz porque dice que la gente se saca fotos en el frente o le tocan bocina los autos que pasan”.

Su itinerario de trabajo arranca con la elección del soporte y la pintura a utilizar. “En general, empiezo pintando con un color pleno y trato de pasarlo en toda la pared. En los murales que hice en el barrio, comencé por el piso del bosque con una capa de pintura y le metí un contraste, una sombra. Así fui sombreando cada parte y después repasé las que ya había trabajado pero agregando luz”, puntualiza Elbio.

El proceso de trabajo del artista incluye la elección del interesado y una cuota de investigación. “Lo que trato de hacer es ir viendo artistas u obras que me gustan y tratar de incorporar esos elementos en algo mío. Siempre voy a tener influencias de artistas que conozco o que voy viendo”, dice.

Entre sus artistas preferidos se encuentran los murales del artista francés Jean Michel Basquiat y el muralista argentino Martín Ron, quien se encuentra entre los diez mejores del mundo.

Para este artista plástico, el aprendizaje es infinito. “Me falta mucho por aprender. Yo creo que uno nunca termina de aprender en el mundo del arte sino que está en constante evolución. Uno termina coqueteando con ciertas temáticas o ideas y la evolución va pasando por diferentes caminos y mi búsqueda siempre está en agregar algo que me haga sentir feliz. Yo siempre pinto para mí y si logro expresar algo en los demás, buenísimo”, asegura.

Tras encarar estos proyectos en Villa Pueyrredón, comenta que le gustaría seguir probando nuevos métodos. “Me gustaría investigar más sobre las fusiones con lápiz y pincel en un bastidor. Todavía esto no lo pude hacer en una obra porque siempre me tocó hacer proyectos donde debía respetar la decisión de quien me contrata” concluye Elbio Diego Hernández.


Ubicación de los Murales
Habana al 3200, entre Cuenca y Campana.
Helguera al 4100, entre Pareja y el Pasaje Bartolome Hidalgo.

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