“Con mi escuela no”, semaforazo en Villa Pueyrredón en defensa de la educación especial

Escuela 21 de Villa Pueyrredón
La comunidad educativa de la Escuela Especial y Formación Laboral N° 21 “Rosario Vera Peñaloza” de Villa Pueyrredón protestó contra la decisión del Gobierno porteño para que los estudiantes se gradúen a los 22 años, cuando antes era a los 30. “Acá se plantea un egreso a un no lugar, arrojar a los estudiantes a la nada”.

Por Juan Manuel Castro

Llantos, carteles en alto y bocinazos en la esquina de Mosconi y Artigas. Así protestó este viernes por la tarde la comunidad educativa de la Escuela Especial y Formación Laboral N° 21 “Rosario Vera Peñaloza” de Villa Pueyrredón (Obispo San Alberto 2379) contra la decisión del Gobierno porteño para que los estudiantes con discapacidad que asisten a este tipo de establecimientos egresen a los 22 años, cuando en la actualidad esto ocurre a los 30.

Escuela 21 de Villa Pueyrredón
Las autoridades del Ministerio de Educación de la Ciudad lo comunicaron a los directores, quienes a mediados de diciembre reunieron a las familias para anunciarles la medida. Las familias aseguran que la medida implica una reducción notable en el área de educación especial, y explican que los mayores de 22 años accederán solo a talleres durante pocas horas a la semana, a diferencia de la jornada completa.

Esta medida afecta en particular a 70 de los 101 estudientes de la “Rosa Vera Peñaloza” de Villa Pueyrredón, y entre 450 y 600 alumnos de los 13 establecimientos educativos especiales de gestión estatal existentes en la ciudad. Además, denuncian que las autoridades han quitado fondos para el área de comedor y transporte.


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La protesta de este viernes sirvió para divulgar la problemática y también como una catarsis colectiva. Hubo abrazos y palabras de aliento entre miembros de la comunidad educativa, pese a la incertidumbre y la angustia.

Durante las tres horas de manifestación se realizaron “semaforazos” en la senda peatonal de Mosconi ante cada luz roja. Se lucieron pancartas con distintas leyendas: “Basta de medidas expulsivas”, “Con mi escuela no”, “Pará la mano, Larreta”. Los automovilistas arengaban con sus bocinas. Además, hubo una radio abierta donde la comunidad y las Comisiones de Educación y Salud del Consejo Consultivo Comunal 12 explicaron la situación.

Escuela 21 de Villa Pueyrredón
Un estudiante, llamado Ema, alentaba en cada corte de semáforo con un bombo junto a las pancartas de sus compañeros, y arengaba desde el altoparlante: “Esta escuela necesita estar abierta para todos los estudiantes. Queremos seguir yendo a esta escuela, siempre”.

En tanto, visiblemente conmovida y entre lágrimas, Florencia, una estudiante de 29 años, dijo a este medio: “Estoy muy enojada”. Dándose tiempo a elegir las palabras, reflexionó: “Es importante la escuela porque es el lugar donde estudiamos, donde hacemos talleres”. Sobre qué les diría a los funcionarios que tomaron la decisión administrativa, acotó: “Se están equivocando, no podemos permitir que pase esto”.

Educadores del área especial precisaron que los estudiantes cursan en aulas con cerca de una docena de compañeros. Hay una cercanía marcada por parte de los docentes. Asisten durante la semana a jornada completa.

En el caso de la escuela 21 de Villa ´Pueyrredón se ofrece un trayecto de educación no formal para los jóvenes egresados comprendido desde los 30 hasta los 35 años. De implementarse los cambios mencionados, desde 2022 los mayores de 22 años solo tendrán talleres formativos de dos horas, dos veces por semana.

Por su parte, desde el Ministerio de Educación porteño defienden la decisión al afirmar que de este modo garantizan el egreso de los estudiantes, para que no estén en las aulas de forma prolongada. Y aseguran que no es un recorte, sino el cumplimiento de la Resolución N° 155 del Consejo Federal de Educación (integrado por todos los ministerios provinciales de Educación junto al nacional) del año 2011, que garantiza hasta los 22 años la formación ocupacional integral de los estudiantes y luego establece la implementación de la formación permanente de adultos mediante distintos talleres.

De todos modos, en diálogo con este medio, Jorge Godoy, docente y secretario de Educación Especial en la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), refutó: “No estamos en contra del egreso. Acá se plantea un egreso a un no lugar, arrojar a los estudiantes a la nada. El Gobierno de la Ciudad no arma un proyecto de formación permanente, sino que ofrece talleres de dos horas a los mayores de 22 años”.

Esto genera angustia entre los estudiantes. En diálogo con este medio, Leo, estudiante de educación especial, dijo: “Lo estoy viviendo mal, tengo 30 años, el año que viene me va a afectar”. También aseguró que estar en el aula con sus compañeros es una de las actividades diarias que más disfruta.

Para las familias es una complicación desde lo logístico el hecho de tener los talleres pocas horas a la semana. Ante este medio, Jorgelina, cuyo hijo Guillermo de 28 años, que hace muchos años concurre a la escuela, lamenta: “Yo soy sola, mi marido falleció hace poco, yo vengo desde lejos y no lo puedo traer por un par de horas. Pero él no quiere dejar de venir, no quiere ir a otro lado, quiere estar en la escuela con sus pares”.

Rosi, madre de un adolescente de 16 años que ingresó en junio, contó: “En esta escuela él encontró amor y comprensión, luego de una mala experiencia en la educación privada. Los chicos con discapacidad no tienen muchos espacios. Un estudiante sin discapacidad puede pasar por varias escuelas y talleres. Para nosotros nada es fácil. No son fáciles los tratamientos, el acceso a una escuela. Hay que acompañar a las familias que el año que viene se van a ver en problemas”.

Además, durante la radio abierta de esta protesta en Mosconi y Artigas, Mario Filippi, padre de un estudiante con discapacidad y abogado con posgrado en discapacidad, denunció que el Gobierno porteño “busca vaciar las escuelas de alumnos con discapacidad y dar las vacantes de esos establecimientos” ante la crisis porque “hay más de 20.000 estudiantes fuera del sistema al no tener matrícula”.

Y sostuvo que el Gobierno de la Ciudad “no está en condiciones desde lo educativo” para poner estas “limitaciones para estudiantes con discapacidad”.

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