Celebrando los 40 años de democracia y en conmemoración del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, la Facultad de Agronomía invitó a toda la comunidad académica y barrial a participar de diversas actividades donde lxs jóvenes fueron protagonistas. Espacios transgeneracionales de construcción colectiva. Elsa Pavón y un juicio histórico por crímenes de lesa humanidad.
Por Agustina Cavalanti
“Toda similitud con la actualidad no es pura coincidencia” dijo la decana de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Adriana Rodríguez, para manifestar la necesidad de estar cada vez más juntos y consolidar la memoria colectiva. En este marco, la Comisión de Derechos Humanos de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), integrada por estudiantes de todas las agrupaciones, docentes y nodocentes, realizó actividades culturales y deportivas poniendo foco en la participación de lxs jóvenes.
“Cada vez con más importancia tenemos que juntarnos y recordar la espantosa dictadura que anuló el estado de derecho, desarticuló los derechos sociales y civiles; instauró un plan sistemático de desaparición de personas e implementó políticas económicas neoliberales nefastas y trató de borrar la disidencia, el pensamiento crítico y la libertad de expresión”, agregó Rodríguez.
En esta línea, el jueves 21 de marzo se llevó a cabo la proyección del documental “La justicia de los árboles”, un trabajo realizado por estudiantes del Colegio Nuevo Pensar de Villa del Parque sobre Gabriel Porta, un estudiante de la Facultad detenido desaparecido por el terrorismo de Estado.
Foto: Agrupación Estudiantil A FANA Fauba
En el encuentro se escucharon las voces de quienes conocieron al estudiante de Agronomía que defendió el patrimonio del Centro de Estudiantes (CEABA) frente a la intervención de la Dictadura. La actividad unió a distintas generaciones: compañerxs de Gabriel, lxs hijxs de lxs compañerxs, lxs chicxs de la escuela y lxs estudiantes de la FAUBA. Hoy, por decisión de los estudiantes, el CEABA lleva el nombre Gabriel Porta”.
El sábado 23 de marzo se realizó el torneo de Fútbol y Vóley “Democracia y Memoria”, en el Campo de Deportes de la Facultad. Participaron equipos conformados por estudiantes, docentes y no docentes. Durante el almuerzo lxs participantes escucharon a dos grandes escritorxs: María Carman, autora del libro “El entretiempo” y Gustavo Veiga, autor de “Deporte, desaparecidos y dictadura”. Ambos dialogaron sobre fútbol y golpe de Estado, y sobre la coyuntura actual. Sus libros fueron entregados como premio a lxs ganadorxs del torneo.
Foto: Agrupación Estudiantil A FANA Fauba
Foto: Agrupación Estudiantil A FANA Fauba
El 24 de marzo, en el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia y por décimo año consecutivo, la comunidad educativa y barrial se encontró en el Bosque de la Memoria de la Facultad. Se interpretaron canciones prohibidas por la dictadura y estudiantes, docentes, graduados, nodocentes, autoridades y familiares recordaron a las víctimas del terrorismo de Estado.
“Cada 24 nos reunimos para recordar, para homenajear a quienes sufrieron ese golpe que fue la dictadura. Estamos sufriendo embates como sociedad y como personas. Ya el año pasado advertía sobre el crecimiento de la desconfianza en la política como transformación de la sociedad y que esa desconfianza podría llegar a caminos autoritarios, que pusieran en jaque los derechos humanos, y lamentablemente ese peligro se instaló el 10 de diciembre en la Casa Rosada y hoy vemos con estupor cómo desde las más altas autoridades nacionales emiten discursos, gestos, hechos de desprecio y de humillación hacia nosotrxs, y festejan el individualismo y la deshumanización y hasta comenzaron a sembrar el miedo en la población”, aseveró la decana Rodríguez durante el acto.
Elsa Pavón y un juicio histórico
El 24 de marzo estuvo presente en Agronomía Elsa Pavón, cofundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, madre de Mónica Grispon y suegra de Claudio Logares, estudiantes de FAUBA detenidos desaparecidos en la dictadura. Pavón es abuela de Paula Logares, la primera nieta recuperada en democracia.
Foto: Comisión Derechos Humanos de la FAUBA
“Es muy emocionante estar acá en esta Facultad donde transitaron y estudiaron mi hija y mi yerno. Paulita tenía 23 meses cuando se la llevaron, desaparecen en el marco del Plan Cóndor en Montevideo, Uruguay. Paulita es apropiada en la Brigada de San Justo, lugar donde escucharé la sentencia el martes. Para mi es un día importante como cierre de una parte de pedido de justicia. Ese pedido de justicia e identidad para los 30 mil, que no eran un número, eran personas que tenían nombre, apellido, sueños, proyectos y vida. Aunque les cueste decirlo, son 30 mil desaparecidxs y 30 mil familias involucradas en este tremendo dolor, compromiso y búsqueda”, expresó Elsa Pavón.
El martes 26 de marzo, Elsa presenció el juicio histórico. El Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata condenó a once de los doce procesados después de escuchar centenares de testimonios y de juzgar delitos cometidos sobre 610 víctimas durante la última dictadura cívico militar en los centros clandestinos Brigada de Quilmes, de Banfield, de Lanús (“El Infierno”) y de San Justo.
Silvia Cartasso, integrante de la Comisión de Derechos Humanos de la FAUBA, relató que, los procesados estaban acusados de cometer todos los crímenes posibles: asesinatos, violaciones, sustracciones de menores, tormentos, desapariciones de personas, reducciones a la servidumbre, privaciones de libertad, y se pudieron juzgar solamente aquellos casos donde algún sobreviviente se presentó a dar testimonio de lo que vio o le tocó vivir.
Mónica Grispon de Logares y Claudio Logares pasaron por las Brigadas de San Justo y Banfield antes de su desaparición forzada. Su hija también apropiada, Paula, fue localizada y restituida a su abuela Elsa Pavón y constituye un caso emblemático por ser la primera nieta identificada gracias a la genética.
“Este martes el juez del TOF N° 1, Dr. Ricardo Basílico, hizo caso al pedido de la fiscalía de que no se nombraran las causas por el número sino por el nombre de la víctima ya que no se trataba de cifras sino de personas y así, durante cuatro o cinco horas seguidas, a cada acusado se le fue leyendo su sentencia con los delitos probados y uno por uno los nombres de sus víctimas. Un procesado fue absuelto, otro condenado a 25 años de cárcel y los diez restantes fueron condenados a prisión perpetua”, manifestó Cartasso.
Finalmente, el Tribunal calificó los delitos como de lesa humanidad.
Nunca más, es nunca más.
Foto de portada: Facultad de Agronomía de la UBA