Un proyecto en la Legislatura busca que en la estación Echeverría del Subte B se rinda homenaje a los religiosos asesinados en la Masacre de San Patricio, durante los primeros meses de la dictadura cívico-militar. En esta nota, los objetivos de la iniciativa y el respaldo de la Mesa de Derechos Humanos de la Comuna 12.
Por Mateo Lazcano
De las 108 estaciones que el Subte de Buenos Aires tiene actualmente, hay varias que hace tiempo tienen anexados a sus nombres originales las nominaciones de personalidades o instituciones, a modo de homenaje. Una de las próximas en seguir ese camino podría ser la estación Echeverría de Villa Urquiza, una de las más nuevas del sistema del subterráneo porteño, que está cerca de convertirse en un nuevo espacio para la memoria en la Ciudad.
Ingresó a la Legislatura un proyecto de Ley presentado por el legislador Claudio Ferreño (del Frente de Todos), que busca denominar “Mártires Palotinos” a la penúltima parada del recorrido del Subte B antes de llegar a Juan Manuel de Rosas, en Villa Urquiza. Si el mismo se aprueba en las distintas instancias que el cuerpo legislativo requiere, los religiosos asesinados en 1976 podrían tener otro homenaje en las calles (o debajo de ellas) del Villa Urquiza en el que se encuentra la Iglesia de San Patricio.
La iniciativa ingresó a la Comisión de Cultura de la Legislatura durante el mes de agosto. Al proyecto de Ferreñó, lo acompañan con su firma los y las diputadas porteñas Laura Velasco, Santiago Roberto, Lorena Pokoik, Claudio Morresi, Victoria Montenegro, Lucía Cámpora, María Bielli y Matías Barroetaveña, integrantes del bloque del Frente de Todos.
“Los padres palotinos dejaron una marca indeleble en nuestra sociedad”, menciona el proyecto, en referencia a los sacerdotes Alfredo Leaden, Pedro Dufau y Alfredo José Kelly y a los seminaristas Salvador Barbeito Doval y Emilio José Barletti, religiosos del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, asesinados en la iglesia de Echeverría y Estomba el 4 de julio de 1976.
De acuerdo a los firmantes, los masacrados se destacaban por “la devoción por los más humildes y la no resignación a aceptar la profunda desigualdad que afectaba y aún afecta a nuestra región”, y recordarlos con en el nombre de la estación brindaría un “homenaje a su valentía”.
La iniciativa cuenta con un amplio respaldo de los referentes de los Derechos Humanos en la Comuna 12. Pascual Spinelli, integrante de la Mesa por los Derechos Humanos de esta comuna, destacó que de aprobarse este proyecto, el lugar pasaría a integrar la lista de “espacios con memoria” dentro de la Comuna 12.
Entre estos, mencionó a los murales que recuerdan al cuerpo de delegados de la Grafa detenidos – desaparecidos, y las baldosas por la memoria conmemorativas de las víctimas de la dictadura ubicados en distintas lugares de Saavedra, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón. A ellas se les sumarán próximamente las de Coghlan, en un acto que fue postergado por la pandemia.
Otros sitios donde se recuerda a figuras de los Derechos Humanos en la Comuna 12 son las plazas Madres del Pañuelo Blanco y Marshall Meyer en Saavedra y la Nunca Más de Villa Pueyrredón.
Los religiosos masacrados en los primeros meses de la dictadura cívico-militar, ya tienen desde 2018 su gran homenaje frente a la Iglesia de San Patricio. Allí fueron colocadas una serie de “baldosas por la memoria”, en las que figuran sus nombres, junto a la frase “las baldosas de este solar están ungidas con la sangre de ellos”, palabras mencionada por el hoy Papa Francisco en una misa conmemorativa al cumplirse el 25º aniversario del quíntuple crimen.
“Los mártires se convierten en eso por estar activos, por tener ideas. Por eso nosotros defendemos la nominación mártires por sobre la de víctimas, porque supone dar la vida y la sangre por un ideal y seguir un objetivo. Creemos que eso puede también ampliarse a las y los 30 mil detenidos-desaparecidos, porque es una forma de dar un sentido a la lucha”, expresó Spinelli, desde la Mesa por los Derechos Humanos de la Comuna 12, conformada por distintas agrupaciones políticas y sociales de los cuatro barrios que la integran.
La suerte del proyecto dependerá, además del aval del oficialismo que cuenta con mayoría en la Legislatura y de los tiempos que ella dispone para la sanción de este tipo de leyes. Por lo pronto, deberá ser debatido en comisión, y luego ser ratificado en doble lectura por mayoría simple del cuerpo. En el medio, se realizará una audiencia pública.