60 lotes chicos 60. Y tren gratis, con el agregado de 10 mil ladrillos. La vieja estación, y las calles Sudamérica (Artigas), Alegre (Cabezón), Basualdo (Obispo San Alberto) y Alvarez Gaitán (Ladines). Así figuraban en el plano de la Villa Pueyrredón antigua.
Por María Fernanda Gómez
El artículo nos llevará al pasado en dos circunstancias dignas de ser recordadas. La primera fue unos días después del comienzo de la primavera de 1907. En una aviso publicado en el diario La NACIÓN, con tren gratis a las 1,50 PM, ofrecía de este modo el rematador Rodolfo Collet: 60 lotes chicos 60 en Villa Pueyrredón. Por si esto no fuera suficiente y para que el potencial comprador no se perdiera en el intento, el anuncio indicaba del RETIRO (F.C.R. Estación Nueva).
Cabe agregar que la estación terminal Mitre (barrio de Retiro), aún no estaba inaugurada pero los rieles en aquel entonces transportaban pasajeros. No se imaginaron los que lo abordaron 91 años antes para ir al remate, que en 1998 sería declarada semejante terminal Monumento Histórico Nacional.
Acompañaba el enunciado, un pequeño plano. En éste las vías y estación fueron indispensables como señalización para mostrar al interesado su ubicación céntrica en el barrio. Los rieles estaban acompañados por las palabras B. AIRES A ROSARIO y ESTACION PUEYRREDON – en mayúsculas -. Todo enmarcado por las avenidas San Martín y General Paz. En la misma de los Constituyentes figuraba con escritura muy pequeña: tranvía eléctrico proyectado. No se leía ninguna suma de dinero que orientara al interesado sobre el valor de los terrenos, ni sus dimensiones. Las dos cuadras loteadas estaban marcadas en el plano. Se distinguían del resto por haber sido pintadas de color negro con la clásica leyenda EN VENTA.
Ambas estuvieron sobre avenida Albarellos. Una entre Zamudio y Artigas (vereda frente a Waltmart), la otra entre Nazca y Terrada, donde ubicamos hoy, como referencia un supermercado chino (a mitad de cuadra).
Si al lector no le convenció la ubicación de los lotes nos trasladamos a continuación a 1927, donde tuvo lugar otra propuesta.
Alto, sano, pintoresco y que asombra por su progreso insospechado. Barrio floreciente y progresista fueron en parte las palabras que describían el lugar como la letra de un tango. Quizás el rematador G. G. GROSSO tenía un perfil romántico.
Nuevamente el diario La Nación es el elegido para publicar el aviso. 550 lotes aguardaron a los costados de las avenidas América (Mosconi) y Nazca; calles como: Argerich, Helguera, Cabezón, Ladines, Griveo, Timbó (Carlos Antonio López) y otras. Luz eléctrica, cloacas y aguas corrientes – siguió remarcando la publicación -. Adoquinado, cerco, vereda pago y a dos cuadras de la estación. Son altísimos, una verdadera meseta, están virtualmente rodeados de buena edificación y cerca de varios colegios. Resulta curioso para aquel entonces que se empleara el término – virtualmente – de uso tan frecuente hoy en día.
Grosso no se olvidó de indicar los nuevos medios de transporte que a diferencia del primer loteo de 1907, no existían aún. Para 1925 el barrio contaba con un ramal tranviario desde Barrancas de Belgrano a la estación Devoto (línea San Martín) con gran amplitud horaria.
La publicidad destacó con letras muy pequeñas: sobre la avenida América circula el eléctrico n° 90 (tranvía) y los ómnibus Belgrano-Vélez Sarsfield. Este último fue el recorrido de la primera línea de colectivos que circuló por la Villa.
El terreno contaba: con una base de 12 pesos por mes el lote, en 100 meses y sin interés. La propuesta vino con el derecho a solicitar 10.000 ladrillos y materiales de construcción por cada uno. Si recordamos el artículo publicado en El Barrio Pueyrredón del 29 de junio de 2020 es muy probable que tanto los rematadores como los nuevos vecinos propietarios de lotes hayan comprado ladrillos a Carlos y Lorenzo Ottone.
El futuro inversor, debía estar listo aquel domingo 4 de septiembre a las 14 horas. Una carpa, como era usual en estos casos congregó a los interesados, curiosos y posiblemente domingueros aburridos. Los diseños eran similares a la de los circos. Estas se armaron, generalmente sobre los lotes a vender.
¡Importante!. La seña: era suficiente 2 mensualidades y sin olvidar de pagar en ese momento el 2 % de comisión al rematador. Hoy es el doble. Las cuotas se debían abonar en el Nuevo Banco Italiano del 1 al 10 de cada mes. Escritura a cargo del escribano señor C. J. de Nevares. Planos y temas varios tenían lugar en la oficina de Grosso Hnos. y Cía., Sarmiento 533, UT (Unión Telefónica) 2720 o en Villa Urquiza, calle Guanacache 5043 (hoy Roosevelt).
De este modo, el jueves anterior al remate, apareció el anuncio publicado. Para los nostálgicos de las carpas con remates y la nueva generación de lectores que deseen verlo, basta con buscar en YouTube: Prisioneros de una noche.
Se trata de una producción argentina de 1960 con María Vaner y Alfredo Alcón. Ambos asisten a un remate de lotes bajo una gran carpa en un día de calor. Se observa, en su interior sobre una tarima un atril con un micrófono, un plano y martillo.
Allí el rematador viste como la gran mayoría de los presentes, traje y corbata. Un furgón con parlantes daba vueltas en las cercanías anunciando el remate arrojando volantes al aire.
La joven protagonista concurre aprovechando el tren gratis como un simple paseo, conociendo en la carpa al apuesto Alfredo Alcón. Esto transcurre al comienzo de la película y con la música del tango “Los mareados” dirigido por Piazzolla.
Para más dato, tomar el tren gratis de las 13.30 el domingo y llegar antes que se baje el martillo.
Sobre la autora de la nota: María Fernanda Gómez. Tecnicatura en turismo, Universidad del Salvador. Guía de turismo, Instituto Superior Perito Moreno. Ciudad de Buenos Aires.
Fuentes:
- Instituto Histórico de la ciudad de Buenos Aires. Revista n° 24, junio 1994. (Publicación realizada en base a la investigación del Taller de Historia Oral del Centro de Salud y Acción Comunitaria N°2 de Villa Pueyrredón)
- La Nación, jueves 1° de septiembre de 1927.
- Nuestra querida Villa Pueyrredón, Enrique Pereda.