El teatro independiente sobrevive
en el Club SABER en Parque Chás

Falta sólo media hora para que la puerta de doble hoja del salón, enmarcada con un cortinado bordó, abra paso a la fila que se extiende en la vereda. La fachada del Club SABER llama la atención: además de estar bien iluminada – a diferencia de esta zona del barrio – hay una hilera de gente esperando para ver “La extraña pareja”, una obra de teatro independiente a la altura de las del Microcentro, pero en el medio de Parque Chas.

Por Mariana Vaccaro

Mientras los actores y actrices se terminan de preparar antes de que den sala, la directora Graciela Figueredo Meneses charla con nosotros entre las butacas de las últimas filas y nos cuenta que fueron los mismos protagonistas de la obra quienes se encargaron de la escenografía y el vestuario.

Todo por amor al arte, porque este elenco actúa a la gorra para volver accesible este evento cultural. “Somos un grupo de teatro independiente: SABER Teatro”, explica Graciela y aclara: “Es un grupo bastante peculiar del cual yo fui integrante hace 25 años. Nosotros formábamos una compañía de teatro independiente que se llamaba Luminarias ‘77 (en la que estuve 13 años) e íbamos a todos los teatros municipales, desde Ciudad hasta Bariloche, ¡llevando el tan sagrado y vapuleado teatro independiente! El teatro independiente es como un hijo del Teatro Abierto, del Teatro del Pueblo, de aquellas épocas donde el teatro revolucionó y fue partícipe de la historia argentina, con el tiempo se asoció al teatro no comercial. Implica tener libertad de conceptos, libertad plástica e implica una lucha porque no es fácil mantenerse”.

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Desde hace tres años que se realiza teatro independiente en el club ubicado en Llerena 2727 (a pocas cuadras de Los Incas y Triunvirato), lo que lleva un gran esfuerzo por parte de la institución, a nivel económico, en pos de generar un espacio cultural para los vecinos.

“Que nos hayan abierto la puerta para hacer una actividad cultural, que es difícil de mantener, es para nosotros un desafío, porque en estos tiempos se necesita que ingrese plata para poder mantenerlo y muchas veces el teatro no es generador de plata, sino que es cultura, es arte. Si elencos comerciales muchas veces tienen problemas, a nosotros nos cuesta batallar. Y estamos justamente en un lugar que también necesita cuidarse para poder subsistir hoy en día, pero la presidenta del club, Susana Borda, es profe de historia y una persona con una cultura enorme, tiene una mentalidad abierta hacia todo lo que es cultura. Creo que si estamos acá es gracias a ella”, resalta la directora teatral sobre la autoridad del club.

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Así, en medio de una situación dramática del drama, la convicción de que el teatro acrecienta la cultura y es necesario sostenerlo, motiva a Graciela no sólo a dirigir obras, sino también a participar de festivales de teatro y a dar talleres para grandes y chicos. “Soy de Parque Chas, amo el barrio, acá en el club estoy hace cuatro años. Empecé con seminarios y este año inauguramos los talleres de adultos (miércoles a las 21) y de chicos (miércoles a las 17.30). Es un taller de teatro integral, no porque sea un taller no aprenden teoría, técnicas, doctrina, historia del teatro… Asusta un poco, pero están re contentos”, explica Graciela.

“Generalmente las temáticas de los talleres son diferentes y está muy bueno porque hay gente diversa que hace teatro: psicólogos, abogados, médicos, gente que se dedica a otras cosas pero que viene a hacer teatro por terapia, porque busca conocer gente. Mi idea fue, por qué no tratar de dejarles algo con un contenido para que al que pase se le despierte esa lucecita hermosa, esa pasión, porque a veces se despierta a temprana edad, pero muchas veces también a edad más avanzada. Por qué no ayudar a que salga esa vocación que por ahí está latente”, dice Graciela con una sonrisa, alentando a quienes aún no se animaron a hacer teatro, mientras un colaborador abre las puertas porque está por comenzar la función…

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