La estructura de un antiguo tambo sobrevive en una casa chorizo de Villa Urquiza

Tambo antiguo en Villa Urquiza
Logo El Barrio PueyrredónHace poco más de cuatro siglos las vacas fueron protagonistas en el río de la Plata. Hace menos de 90 años llegaron a convivir con los vecinos. Presentamos en esta historia, la estructura de un viejo tambo aún sobreviviente en una casa chorizo en Villa Urquiza.

Allá por el 1900

“En aquellos tiempos de Dios”(1), se iban subdividiendo y loteando las cuadras. En particular, hacemos referencia en este caso, a barrios lindantes y cercanos a la avenida Gral. Paz: Devoto, Pueyrredón, Urquiza, Saavedra… (se parece al vals “Los 100 barrios porteños”)

Existieron algunos rubros que esperaron hasta el final, porque rechazaban rendirse al cambio de los nuevos códigos urbanos. Se trataban de oficios que circularon en carros tirados por un caballo. Desfilaban por las calles: el vendedor de objetos hechos con mimbre y madera, el verdulero o el lechero. Este último oficio, tenía el tambo en pequeñas quintas o en el terreno del fondo de una casa chorizo, como veremos.

Un tambo de planta baja y primer piso

En una casa chorizo, ubicada en el barrio de Villa Urquiza, nos recibió su propietaria. Guadalupe, quien nos abrió la puerta y pese al barbijo, notamos la sonrisa a través de sus ojos. Amablemente nos acompañó mostrando detalles de esta peculiar historia. El pasado se hizo presente, sobre lo que aún existía en el fondo de su gran jardín. De perfil bajo, prefirió que no se publicara su apellido, ni la altura de la calle Iberá, donde vive con su familia.

Al frente de esta vivienda, se antepone el típico jardín y luego la casa chorizo. A la derecha de ésta, el ingreso para autos. Comenzaba desde aquí y por unos cuantos metros, una callecita adoquinada en dirección al “fondo” de la propiedad. Este piso de granito – original – tenía su razón de ser.

Por este gran corredor, habían transitado los carros tirados por un caballo, más las ocho vacas residentes del establo-tambo, su alimento, etc. La casa, mostraba a lo largo de nuestro andar una galería de vidrios repartidos conformando un largo vestíbulo cuyo interior conserva aún, columnas de hierro y piso calcáreo.

Galería de adoquines

Al concluir “la callecita empedrada”, aparecía un nuevo escenario: el “terreno absorbente”, tal como se lo denominó en el plano original. Hoy en día, luce un hermoso parque donde fueron apareciendo, en buen estado de conservación, “las piezas de museo”. En dos de sus paredes permanecían adosadas dos anillas de hierro. Allí se ataban las riendas del caballo junto a su carro. Ese era el momento clave para bajar los tachos vacíos y subirlos luego, con la carga incorporada del preciado alimento.

Tambo antiguo

¡Tambo a la vista!

Una gran estructura, conformada en gran medida por chapas de zinc, daba cuenta de la presencia del antiguo tambo. En su interior nos encontramos con el esposo de Guadalupe, quien estaba junto a una mesa, con vajilla y cubiertos. Ellos almorzarían allí con su familia, aprovechando los nuevos usos: fogón y espacio para llevar a cabo los hobbies de la familia.

Antiguo tambo

Frente del antiguo tambo. En su parte derecha un pequeño cuarto, sigue siendo baño (conservando en uso el depósito de hierro).

Antiguo Tambo Villa Urquiza

En el 1° piso se almacenaba el forraje. Desde aquí se arrojaba por unos espacios abiertos, el alimento que caía directamente al comedero de las vacas en la planta baja. Hoy cubierto por una larga tabla, amurada a la pared y piso.

Antiguo Tambo Villa Urquiza

En esta foto se observa el lugar que ocupa la mesa de la familia, coincidiendo sus dimensiones con los antiguos boxes (4 de cada lado).

Año 1931

Esta fecha es la que atestigua el plano, con el diseño de la casa chorizo y el específico lugar de trabajo. Suponemos, dada la fecha, que el oficio de ordeñador, era manual. No sabemos cuántos integrantes conformaron el grupo de tamberos. Tampoco, si lo hicieron los mismos propietarios. No era tarea fácil, había que cuidar a los terneros, aseo de los tarros y animales, cumplimiento de horarios, y otras tareas.

La casa cuando fue comprada por los actuales dueños, se encontraba en estado de abandono. Curiosamente no “quedó olvidado” un tarro lechero. Estos eran de materiales diversos: hierro, cobre o aluminio. La tapa se sujetaba al recipiente con una bisagra o con una cadena. Hoy se los encuentra en anticuarios, siendo los más cotizados aquellos  modelos, con las marcas que llegaron a ser famosas como “La Vascongada”. Rara vez, se los vende con sus jarras medidoras y los coladores. Estos servían inclusive para revolver el líquido.

plano-detalle-del-tambo

Detalle del plano del tambo con los 8 boxes, fechado en mayo de 1931, escala de 1/100

Sacando conclusiones…

Ampliando otra parte del plano, donde figuran los nombres de los cuatro antiguos propietarios, podemos observar otros datos interesantes: sus nombres y apellidos. Bañeza y Lara, son de origen español. Capobianco, italiano.

Ferrari, da cuenta su origen italiano. Pero por sucesos posteriores también se hizo presente en España. Un grupo de “caballeros” italianos (con este apellido), fueron a ayudar a los reyes de Aragón. El motivo: la guerra contra los moros, dejando descendencia en la península Ibérica, presente hasta nuestros días.

detalle-propietarios-tambo

A propósito, ¿no conoces posibles descendientes de Teresa, Consuelo, José y Nilda?

Por debajo de este artículo, encontrarás un espacio donde puedes escribir. Tus aportes pueden ser muy valiosos para seguir conformando nuestro patrimonio barrial.

Saludos con salud.

Autora de la nota: María Fernanda Gómez. Tecnicatura en turismo, Universidad del Salvador. Guía de turismo, Instituto Superior Perito Moreno. Ciudad de Buenos Aires.


FUENTES

  • (1) “En aquellos tiempos de Dios”, frase escrita por el Dr. José A. Wilde en su libro: Buenos Aires 70 años atrás, Capítulo 14.
  • www.historiaapellidos.com/apellido
  • https://www.misapellidos.com/significado-de-ferrari-18515.html
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