“Libros para el Barrio Mitre”, una propuesta solidaria en cuarentena

Libros para el Barrio Mitre
Logo El Barrio PueyrredónMariel Pujol, vecina de Saavedra, se propuso repartir un millar de ejemplares a los chicos y chicas del Barrio Mitre. Su objetivo parecía utópico, pero lo logró en poco tiempo. En esta nota, los orígenes y el paso por paso de una iniciativa que busca “un recreo literario para los más pequeños” en medio de este contexto.

Por Mateo Lazcano

En poco más de un mes, Mariel Pujol, vecina de Saavedra, logró cumplir un objetivo que parecía utópico: entregar 1000 libros a los chicos y chicas del Barrio Mitre. La historia comenzó un tiempo antes, a mediados de abril, cuando se extendió por segunda vez la cuarentena obligatoria en todo el país.

El cierre de las escuelas generó algo más que el impedimento para el dictado de clases o el lugar de encuentro para tantos y tantas niñas y adolescentes. En los barrios vulnerables, la institución escolar es el único ámbito de acceso, entre otras cosas, a los libros.

Mariel vio esta dificultad, ya que la conocía de cerca: dicta clases de apoyo en el Centro Comunitario del Barrio Mitre. En los hogares de clase media, o incluso de clase media-baja, puede haber libros en bibliotecas o acceder a los textos a través de Internet. Pero al no estar las escuelas abiertas, una gran parte de la población en edad escolar de esta zona de Saavedra perdió el acceso a ese elemento tan preciado de la cultura.

Pero para esta saavedrense, ese no era el único factor. “Los niños y niñas son claramente los más estresados en este tiempo de pandemia. No pueden ver a sus amigos, salir a jugar, ver a sus familiares, ir a la plaza. Y me parece que los libros, especialmente los de cuentos, iban a darles un recreo, una distracción para olvidar momentáneamente la situación”.

Mariel hizo un cálculo de la población menor de 18 años, que estimó en un millar, y lanzó a través de las redes sociales la campaña “1000 libros para el Barrio Mitre”. La evolución del proyecto fue visible: la propia Pujol se encargó de elaborar una suerte de “cuenta regresiva”, casi de manera diaria, de las unidades que faltaban para alcanzar los 1000.

El objetivo se logró en poco más de un mes. La campaña tuvo una amplia respuesta en las redes sociales, principalmente en grupos vecinales. Asimismo, hubo gente que se comunicó con Mariel por su propia iniciativa, “cuenta-cuentos” o de la “comunidad de los libros”.

Las recolecciones no fueron un tema menor, teniendo en cuenta el contexto de cuarentena. Ella se encargó de ir personalmente a los distintos lugares, cuando el trabajo se lo permitía. Llegaron donaciones de Villa Crespo y Caballito, aunque la amplia mayoría fue de Saavedra y Villa Urquiza. Lejos quedaron en ese momento los 50 primeros libros entregados por Mariel y su hijo.

El reparto de cada ejemplar completó el círculo, previo a una desinfección y “aislamiento” de varios días de los libros, por motivos de higiene y prevención ante el COVID-19. Mariel primero comenzó llevando los textos a las ollas populares. “Pero siempre veía a la misma gente. Entonces decidí ir casa por casa”, manifiesta. La recepción en niños y niñas, asegura, fue muy especial.

“Era difícil llegar a sus casas con un libro y hacerles entender que no los mandabas a estudiar. Pero mi idea siempre fue esa, rescatar el aspecto recreativo de los libros, tomarlos como un recreo dentro de esta situación de pandemia. Y reemplazar ese rol que tiene la escuela en estos hogares, donde como no hay dinero para acceder a ellos, si no abren, se pierden la posibilidad de tener contacto con obras literarias”.

La llegada con los libros generó reacciones muy buenas en los vecinos del Barrio Mitre, según señala la propia Mariel. “Al principio tenía miedo que no me tengan confianza por no ser del barrio (vive a una cuadra, pero fuera de los límites de este sector de Saavedra). Pero no fue así. Ahora saben que voy a estar pasando y me esperan, dialogamos un poco”, explica.

En las semanas siguientes, se estableció una interacción entre la forjadora del proyecto y los niños y niñas. “Ahora conozco que a tal chico o chica les gusta un género en particular. Me pasó hace poco que alguien me pidió un libro específico, costó, pero se lo conseguimos. Ahora también nos hacen algunas peticiones los adultos”.

A mediados de junio, el objetivo inicial estaba más que cumplido, pero eso no implicó abandonarlo. Mariel Pujol. Ella misma ideó y lleva a cabo el proyecto “1000 libros para el Barrio Mitre”, y recibe la ayuda de distintas organizaciones de la zona para incrementar las donaciones. “Ya superamos los 1200 libros. Y hasta que no termine la cuarentena no vamos a dejar de entregarlos” asegura la saavedrense.


Facebook: Libros en el Barrio

Instagram: @librosenelbarrio

WhatsApp Mariel: 11-6165-8624

error: Contenido protegido!