Taller de Cocina Saludable del Centro
de Salud de Villa Pueyrredón |
En el Centro de Salud y Acción Comunitaria de Villa Pueyrredón se desarrolla el taller de Cocina Saludable bajo la coordinación de María Julia Sánchez. Un taller para cocinar sin excesos de grasas, sal y azúcar, incorporando cereales, legumbres, frutas y verduras, sin perder el sabor de cada comida.
Por Mailén Maradei
El taller de Cocina Saludable del Centro de Salud y Acción Comunitaria de Villa Pueyrredón ofrece la posibilidad de aprender a cocinar rico, saludable y barato. “El objetivo del taller es tratar de implantar que el ser humano es lo que come. Si uno no come sano, no es bueno para la salud por eso hay que cuidarla y hacerlo a través de la comida es una buena forma”, señaló María Julia Sánchez, coordinadora del taller.
María Julia, docente jubilada, tiene una amplia experiencia en la cocina. “A mí siempre me gustó cocinar. Hacia caterings y preparaba comida para un laboratorio. Cuando me jubilé, me propuse hacer algo así y me inscribí en este taller”. De participante pasó a ser, por elección de sus compañeras, la coordinadora del taller.
Es descendientes de españoles y su familia siempre hacía los platos típicos de su país, es así que la cocina siempre estuvo presente en su vida. Como los platos que hacían sus padres tenían mucho contenido graso trató de implementar una cocina más saludable para su familia.
Al establecer la diferencia entre cocinar para un catering y hacer una cocina más saludable, María Julia afirma: “Los rellenos que se utilizan en un catering no son muy saludables pero se pueden hacer cosas sanas. Yo hacía picadas con tomates cherry”.
La cocina saludable consiste en preparar alimentos evitando los excesos de grasas, sal y azúcar e incorporar el consumo de cereales, legumbres, frutas y verduras sin perder el sabor de cada comida. Una de los beneficios es que no hay alimentos prohibidos pero si es importante tratar de suplantar algunos. El azúcar o la manteca son dos de los ingredientes que más se reemplazan.
“Usamos aceite para todo en reemplazo de la manteca y cuando cocinamos arroz, usamos yamaní o integral. Cuando queremos utilizar azúcar en las recetas, lo reemplazamos por otro tipo que no sea el común o azúcar negra que no es tan refinada o utilizamos miel. También usamos muchos frutos secos que son muy buenos para cuidar la salud”, cuenta María Julia.
A la hora de cocinar, lo importante para hacer una receta saludable son los elementos que se utilizan para hacerla y cómo se realiza la cocción dice María Julia: “Lo importante es la selección de los elementos que se van a cocinar y la forma. Si llevamos un relleno en vez de rehogarlo con aceite, lo hacemos con agua”.
La dinámica del taller es siempre la misma y requiere de la colaboración de los participantes. “El día que le toca cocinar a una compañera, ella lleva los materiales que necesita para elaborar la comida y explica la receta. Si la receta contiene una masa que necesita descanso, explicamos cómo hacerla y mientras dejamos reposarla, hacemos la parte teórica de la clase. Después la cocinamos y la probamos entre todas mientras conversamos”, comentó María Julia.
“Cuando empezamos el curso, no teníamos nada porque el centro de salud no tiene cocina, entonces compramos un anafe eléctrico, yo llevo una sartén con tapa que funciona como un horno y nos arreglamos con eso. Los materiales también los compramos nosotros y si alguien no puede llevar los elementos, colaboramos entre todos”, resaltó María Julia.
Roxana, la profesora anterior, debía llevar todos los elementos. “Ella nos decía que iba a cocinar la clase siguiente y nos repartíamos los elementos para que no sea tan costoso para ella. Después de que compramos la hornalla, se nos amplió mucho el panorama”, comenta.
El ambiente del taller es cálido y se comparten momento agradables, charlas y tips de cocina e incluso se recomiendan sitios donde comprar ingredientes saludables, ricos y baratos. A veces, la clase se toma un permitido y realiza recetas que no incluyen ingredientes tan saludables o sino se las readaptan para que lo sean.
“Hicimos bizcochitos de verdura, barritas de cereales, hamburguesas de cebada, comida para celíacos y vegana, sushi, rapiditas, humus de garbanzo, guacamole, galletitas de avena, panes saborizados, brownies con harina de algarroba, budines e incluso tortas”.
“Una vez en lugar de usar carne picada – cuenta María Julia – utilizamos soja texturizada, yo lo probé con mi familia y nadie se dio cuenta del cambio porque queda como si fuera carne picada y es muchísimo más barata” y agrega: “una chica que venía, hizo recetas veganas, y ahora se puso un micro emprendimiento y vende comida vegana en la Feria de Agronomía. Consiguió un trabajo gracias a eso”.
El taller se dicta los días lunes a partir de las 15.30 horas y todavía quedan tres encuentros para terminar el año. María Julia está pensando en llevar ideas para realizar comidas saludables para las fiestas. “En estos días hicimos todas comidas a base de berenjenas y dimos ideas para hacer recetas con esta verdura”.