Narradores entrelazados de cuentos y canciones

Narradores entrelazados de cuentos y canciones
“La posibilidad de transmitir algo,
genera empatía y mucho interés”

logo-nota-elbarriopueyrredon“Narradores entrelazados de cuentos y canciones” está conformado por seis narradores y dos músicos. Desde febrero hasta diciembre, se reúnen el primer domingo de cada mes para llevar historias, leyendas y cuentos al compás de la música en el Jardín Botánico. Además quieren extender su actividad, y están en la búsqueda de centros culturales en los barrios.

Por Mailen Maradei

Hace una década, “Narradores Entrelazado de cuentos y canciones” desarrolla encuentros de narración y música en el Jardín Botánico. Los integrantes se conocieron en los cursos de “Narración y lectura en voz alta” que la Biblioteca José Hernández del Banco Ciudad – Boedo 870 – realiza en conjunto con el Programa Bibliotecas para Armar dependiente del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad.
Este curso, abierto para toda la comunidad, fue donde se gestó “Narradores Entrelazados”. Luego, comenzaron a participar de encuentros en centros culturales y en todas las ediciones de la Feria del Libro.

María Amelia Aranceta, Gisela Maestri, Susana Carranza, Mónica Driban, Olga Ortega, Mercedes Sassano y los músicos Alberto “Tito” Leyba y Marcelo Barrera comenzaron a producir encuentros para todo público donde se combina la literatura y la música en el Jardín Botánico durante el primer domingo de cada mes. Allí, se presentan como “Entrelazados de cuentos y canciones”

“En el curso, empezamos a leer cuentos de autores a elección. Éramos veinte personas aproximadamente y después seguimos en contacto diez. Luego, armamos espectáculos. Al principio, venían más narradores y quizás era más difícil organizarnos porque no íbamos siempre los mismos integrantes. El año pasado, armamos un staff fijo y decidimos incluir invitados”, repasa Gisela Maestri sobre los comienzos del grupo.

Narradores entrelazados

Tras diez años, el grupo tiene una dinámica. Narran cuentos que seleccionan de acuerdo a los eventos o efemérides que ocurren durante el mes que se van a presentar. Esta actividad es completamente gratuita.

“Hacemos espectáculos de cincuenta minutos. Al final, cada uno se presenta, cuenta cuál es el cuento o la leyenda que narramos, quién es el autor y al final se canta una canción. Es una actividad a voluntad, no hay ningún lucro de por medio. Esto es por amor al arte. Nos juntamos para expresar lo que nos gusta hacer”, señala Gisela.

“El Jardín Botánico es un lugar mágico. Llegamos a ese lugar y se abre un portal. Todo funciona y fluye de otra manera. Es una actividad muy sanadora y espontánea. Creo que todos lo hacemos con mucho amor” agrega.

Los pilares que fundamentan el trabajo que Narradores Entrelazados lleva cada año es la difusión de lo autóctono y de narraciones aptas para todo público. “Tratamos de pensar un repertorio de canciones y cuentos que sean aptas para todo público. Desde que comenzamos, participamos en todas las ediciones de la Feria del Libro. Siempre nos convocan. Ahí vamos en representación de la Biblioteca del Banco Ciudad y en el rincón de niños. Esa participación sí la enfocamos para niños. En cambio, en el Jardín Botánico, las presentaciones son más libres. Ahí tratamos de buscar cuentos y canciones que se relacionen con fechas importantes que sucedan durante ese mes” cuenta Gisela

Y ejemplifica: “En septiembre, buscamos algo relacionado con la naturaleza. Tratamos de buscar cosas distintas para transmitir creatividad porque, a veces, viene siempre la misma gente. Tenemos un público fiel”.

La integrante de Narradores Entrelazados, destaca la dinámica de organización del grupo: “Para seleccionar el material que presentaremos, previamente, cada uno decide qué cuento va a contar, yo armo el orden en base a los cuentos para conectarlos con las canciones y que sea más dinámico, que sea un momento ágil y convocante. Nos reunimos una vez al mes para hacer la preproducción y el día que hacemos el encuentro en el Jardín Botánico. Después nos juntamos en una confitería y hacemos un análisis de lo que vimos”.

“Cualquier cuento puede ser contado. Lo importante es cómo transmitirlo a cada persona. Es muy importante poder transmitir las imágenes o los sentimientos que expresa el cuento. Cada uno le da su interpretación por eso aclaramos que le ponemos nuestra impronta a cada cuento. Un detalle muy importante es el final. Tiene que tener un ritmo y una entonación especial que, a veces, difiere del final real del cuento, de lo que escribió el autor” señala Gisela.

Hace tres años, Narradores Entrelazados se convirtió en un grupo independiente. Se sostienen por sus propios medios. Las presentaciones en el Botánico las siguen desarrollando una vez al mes, aunque si el clima no acompaña, se deben suspender.

En ese sentido, ya con una década de experiencia, el grupo quiere ir por más y expandir la frecuencia de presentaciones. “Nos gustaría hablar con algún centro cultural para ver si existe la posibilidad de generar presentaciones mensuales para que la gente pueda tener otra opción donde ir a vernos. Somos un grupo independiente, nos manejamos con sonido propio. Como todos desarrollamos distintas actividades, no tenemos tiempo para hacer presentaciones tan seguidas, entonces la idea del grupo sería hacer una segunda fecha en algún centro cultural. Ahora, nos pondremos en la búsqueda”.

En tiempos de e-books, laptops y tablets, ellos intentan incentivar el acercamiento a los libros en formato papel, al valor de las palabras, de las tradiciones y de los valores humanos.

“En la vorágine de actividades, a veces, las personas no se pueden tomar el tiempo para escuchar la naturaleza por eso incentivamos la necesidad de tomar ese tiempo en cada presentación”, dice Gisela y sentencia: “La narración es un mundo que cuando uno empieza a investigar, brinda muchos espacios. Creo que escuchar una historia genera atención y curiosidad. Todo pasa un poco por ahí. Dar tu versión de un cuento genera intriga. En general, creo que todo lo que tenga que ver con la expresión y con la posibilidad de transmitir algo, genera empatía y mucho interés”.

(Fotografías de esta nota: María Agustina Villamayor)

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