“Villa Pueyrredón está lleno de color como mis obras”

Artista plástico José Lacal, Villa Pueyrredón
Carlos José Lacal reside hace tres décadas en Villa Pueyrredón y destaca su clima apacible e inspirador. “No sé si elegí las artes plásticas o ellas me eligieron a mí”, bromea sobre una disciplina que lo acompañó toda su vida.

Por Juan Manuel Castro

“Busco con mi obra… sonrisas”. Así se presenta el artista plástico Carlos José Lacal, desde hace tres décadas residente en Villa Pueyrredón, toda su vida estuvo vinculado al arte de una manera recreativa y en pandemia empezó a realizar sus primeras exposiciones.

Ese “cable a tierra” en medio del encierro encontró el camino para convertirse en un medio de expresión y una forma de transportar al lienzo “todos los colores de Villa Pueyrredón, un barrio que no cambio por nada”.

En su obra sobresalen los tonos vivos, que embellecen animales y paisajes naturales, también a edificaciones icónicas como el Obelisco o la Torre Eiffel de París. De alguna forma, el contacto con sus cuadros contagia optimismo y una sensación agradable: sus colores son una luz que transmite algo bueno, pero no encandila.

“No sé si elegí las artes plásticas o ellas me eligieron a mí”, bromea Carlos en una charla con este medio. Nació, hace 58 años, en una casa de Congreso y Díaz Colodrero. Allí tuvo su primer acercamiento al mundo del arte. “Está conmigo desde que tengo uso de razón”.

En esa casa hogareña Carlos tiene sus primeros recuerdos: “Me veo siendo un nene, con una caja de crayones y papeles… el dibujo fue algo donde me sentía más cómodo y de alguna manera pienso que el dibujo se sentía más cómodo conmigo”, reflexiona. También se define como un gran fanático de la música. “Pero nunca aprendí a tocar un instrumento ni tengo la capacidad para cantar”.

Más allá de lo que pudo disfrutar en la escuela en las clases de plástica, lo suyo siempre fue el camino autodidacta y de la experimentación con distintas técnicas y materiales.

Artista Plástico José Lacal
“Siempre estuve cerca del arte. No lo elegí el arte como modo de vida, pero siempre me gustó dibujar, pintar y acercarme a espacios de arte para ver y disfrutar de las expresiones de los artistas”.

“Me encanta ver todo, disfruto de una obra compleja de Dalí como la simpleza de Maud Lewis o de Milo Lockett, por nombrar a alguien de acá. Me encanta ver un Velázquez o Piccaso, ni hablar van Gogh y sus colores, sus naranjas. También me gustan los artistas contemporáneos que conocí, artistas emergentes que son brillantes y hacen cosas increíbles. Hay tantos y tan variados, es un placer ver esas maravillas”, asegura.

De grande, Carlos estuvo vinculado a la práctica artística con menos intensidad, trabajó en distintas actividades y se casó en 1993. Ese fue un momento de cambio en su vida, ya que se mudó a Villa Pueyrredón, el sitio que hoy, tres décadas después, sigue siendo su hogar.

El barrio se convirtió en una forma de inspiración. “Mi esposa también nació y es de Villa Urquiza, juntos nos fuimos a Pueyrredón y nos encanta porque es más tranquilo. Los domingos salgo a la mañana con mi perro y se oyen los pájaros. Es un barrio de casas bajas, en cambio, Urquiza creció para arriba un montón en el último tiempo”.

“Es un barrio de mucho color”, señala y esto es clave en su forma de ver a Pueyrredón y su obra: “Soy un fanático del color, se ve mucho color en las casas, en sus plazas, sus parques. Levantás la mirada y ves el cielo a pleno con su celeste tan particular. Pueyrredón también tiene sus silencios fantásticos que no los sentís en todos los barrios, es un lindo lugar para caminar. No nos imaginamos viviendo en otro lado que no sea Pueyrredón, estamos enamorados del barrio. Villa Pueyrredón está lleno de color como mis obras”, asegura con orgullo.

Artista Plástico José Lacal
En ese marco, rodeado de los colores y la inspiración del barrio, Carlos transcurrió su vida. Ese contacto cercano con el arte, eso que siempre estuvo latente a lo largo de su vida, encontró la forma de manifestarse en la pandemia, uno de los momentos más duros de su vida reciente.

“El arte fue un cable a tierra que encontré para poder sobrellevar lo que fue el encierro en el que nos tuvieron sujetos”, define Carlos sobre el tiempo del aislamiento y la distancia social para evitar contagios.

“Me dediqué a pintar, a publicar y a exhibir cuando se pudo”, recuerda sobre aquellos meses de encierro más pronunciado.

“Primero fue en forma virtual, como hicieron muchos en ese entonces. Fue un momento en que muchos nos aferramos a algo para sobrellevarlo”, recuerda.

La pandemia terminó, pero Carlos sigue activo, tanto en su taller como puertas para afuera, planificando exposiciones y sumándose a distintos proyectos.

Así durante el segundo fin de semana de septiembre participó de una exposición en la Biblioteca Popular Pueyrredón Norte en el marco de la primera edición de La Tarde de los Talleres, un evento organizado por el Área de Cultura de la Comuna 12, en el cual una docena de espacios de Villa Pueyrredón y Villa Urquiza abrieron sus puertas para compartir actividades con la comunidad junto a decenas de vecinos aristas como él.

“Me encantó el evento. Fue una magnífica idea de la gente de Comuna. Fue una experiencia enriquecedora y que los vecinos puedan acercarse al arte”, sostuvo.

En aquella oportunidad participaron: Biblioteca Pueyrredón Sud, Biblioteca Pueyrredón Norte, Taller Hornero, Estudio Taller Villa Pueyrredón, Artebaz, Taller Cetner-Cesaro, Compañía de Mosaicos, Taller Lalo-Peiro.

Al cierre de esta edición, se había celebrado la segunda edición de La Tarde de los Talleres con espacios de Saavedra y Coghlan, los otros dos barrios de la Comuna 12.

Entre otros, participaron: Taller Monell, Espacio García, Artevillalba, Estudio Taller Haydeé Isaurralde, Estudio Taller Maca Pazos, Taller de Arte Saavedra, Casa Taller Melina Scumburdis, Centro Cultural Discepolin, Taller Comunidad Pinto, Casa Taller de Mauricio Nizzero y Gladys Abitante, El Boliche de MPC, Biblioteca Estación Coghlan, Madagascar.

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